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Saber quién es Jesús es importante.
Escuchar las palabras que Él dijo es reconfortante.
Encontrarse con Jesús, es impresionante. 

RETIRO DE EVANGELIZACIÓN

 

Introducción

Vamos a empezar: En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Abrimos la puerta para entrar en la presencia de Dios.

 

El retiro de Evangelización debes vivirlo, siguiendo los videos. 

Éstos son una mezcla de varios retiros que hemos dado.

El video que seguimos la mayor parte del tiempo, es un retiro para familias, que no estaban evangelizadas.

 

En él están presentes los niños, los papás y algunos abuelitos.

Te presentamos a continuación las citas bíblicas para que las tengas como referencia. Sin embargo, es INDISPENSABLE QUE VIVAS EL RETIRO.

 

Reserva 5 horas para que lo puedas vivir en un solo día. Vale mucho la pena.

Está dividido en partes para que puedas tomar un descanso y luego continuar. De cada una de las partes te pedimos que hagas tu compromiso y tu participación en el Foro.

 

Parte 1:

Dios es fiel:

"Has de saber, pues, que Yahveh tu Dios es el Dios verdadero, el Dios verdadero, el Dios fiel que guarda la alianza y el amor por mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos”. Deut 7, 9 

"Yahveh es fiel en todas sus palabras, en todas sus obras amoroso”. Sal 145, 13

 

Su amor es eterno:

"¡Aleluya! ¡Den gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!” Sal 106, 1

 

 

Antes de ver el video 2, si eres hombre elige un número del 1 al 35. Si eres mujer, elige un número del 5 al 41. Luego lee la cita que corresponde con el número que elegiste. Cierra tus ojos y piensa qué te dice esta palabra de Dios, hoy a ti, en particular a ti. Es una palabra especial para ti, de parte de Dios.

1. “Yo te he hecho, eres mío”. Sal 100,3 

2. “Eres precioso a mis ojos, eres estimado, y Yo te amo”. Is 43, 4 

3. “No temas, que Yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío”. Is 43,1

4. “Hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo he hallado”. Lc 15, 32

5. “Yo soy el Señor y no hay otro. No hay otro dios fuera de Mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más”. Is 45 18, 21

6. “Dios es amor y no hay miedo en el amor, porque el amor perfecto expulsa el miedo”. 1 Jn 4, 16, 18

7. “Yo te amo primero”. 1 Jn 4,19

8. “Mira que estoy a la puerta y llamo; si oyes mi voz y me abres la puerta, entraré en tu casa y cenaré contigo y tú conmigo”. Ap 3, 20

9. “Yo soy misericordioso y clemente, tardío para la cólera, rico en amor verdadero, y mantengo mi fidelidad por siempre”. Ex 34,6

10. “Los montes se correrán y las colinas se moverán, más mi amor de tu lado no se apartará”. Is 54,10

11. “Con amor eterno y gratuito te he amado”. Jer 31,3

12. “No temas, Yo estoy contigo”. Is 43,5

13. “Aunque una madre pudiera olvidarse del hijo de sus entrañas, Yo de ti nunca podré olvidarme”. Is 49,15

14. “Con amor eterno, te he compadecido”. Is 54, 8

15. “No andes preocupado diciendo ¿qué comeré?, ¿con qué voy a vestirme? Que ya sé Yo que tienes necesidad de todo eso. Busca primero mi reino y su justicia, y todas esas cosas se te darán por añadidura”. Mt 6, 31-33

16. “Pide y te daré; busca y hallarás; llama y te abriré”. Mt 7, 7

17. “Si tú sabes dar cosas buenas a tus hijos, ¡cuánto más Yo te daré cosas buenas si me las pides!” Mt 7, 11

18. “Porque Yo soy bueno, mi amor es para siempre”. Sal 100,5

19. “Como se alzan los cielos por encima de la tierra, así de grande es mi amor para quienes me buscan”. Sal 103, 11 

20. “Mi amor es para siempre y hasta siempre para los que me buscan”. Sal 103, 17 

21. “Yo soy tardo a la cólera y lleno de amor”. Sal 103, 8 

22. “Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno soy Yo para quienes me buscan”. Sal 103,13 

23. “Es fuerte mi amor hacia ti”. Sal 117, 2

24. “Me lleno de inmensa alegría por ti, te renuevo por mi amor”. Sof 3, 17

25. “El amor no consiste en que tú me ames, sino en que Yo te amé primero”. 1 Jn 4, 8-1

26. “Tú no me elegiste a mí, soy Yo quien te elegí a ti”. Jn 15, 16

27. “No hay confusión para el que espera en Mi”. Sal 25, 3

28. “Mi ternura y mi amor son de siempre”. Sal 25, 6

29. “Tú, a quien elegí, que te así desde los cabos de la tierra y desde lo más remoto te llamé, te he escogido y no te he rechazado”. Is 41, 8-9

30. “No temas, que contigo estoy Yo; no receles, que Yo soy tu Dios”. Is 41, 10

31. “Yo, el Señor, te responderé; Yo, el Dios de Israel, no te abandonaré”. Is 41, 17

32. “El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”. 1 Jn, 4, 8

33. “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”.  Jn 3, 16

34. “El amor es paciente, es amable; no es envidioso, no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta”. 1a. Cor 13, 4-7 

35. “¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que se convierten a Él!” Eclo 17, 29

36. “Mira el amor que te tengo, para llamarte hija mía”. 1 Jn 3,1

37. “Eres preciosa a mis ojos, eres estimada, y Yo te amo”. Is 43, 4

38. “Mira, en mis manos te llevo tatuada”. Is 49, 16

39. “Yo te he hecho, eres mía”. Sal 100, 3

40. “No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mía”. Is 43, 1 

41. “Yo te he hecho, eres mía”. Sal 100, 3 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jesús nos invita: «Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame».  Mt 16, 24

Jesús nos dice: «Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; Yo la doy voluntariamente». Jn 10, 17-18

"No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto expulsa el temor." 1ª Jn 4, 18

Haz el simulacro de todas las cosas que ayer no hiciste por amor, haciéndolas por amor. Practícalo mucho, para que puedas romper la inercia y la rutina.

Si te es posible, ve incluso al lugar en donde haces cada cosa, con el movimiento corporal que la acompaña y cambia tu actitud y tus palabras, para que sean muestra de que haces eso por amor.

Antes de ver el siguiente video, consigue un tubo de cartón y un periódico o una revista en donde esté la imagen de una persona.

En el momento en que se presente, realiza el ejercicio del tubo del perdón, que está en el siguiente video.

 

 

"Pedro se acercó entonces y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?” Le dice Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete»". Mt 18, 21-22

"La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba nunca". 1ª Cor 13, 4-8

Jesús nos dice esta parábola: «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuera vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagara. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré". Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes". Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré". Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagara lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: "Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?" Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. Esto mismo hará con ustedes mi Padre celestial, si no perdonan de corazón cada uno a su hermano». Mt 18, 23-35

 

Un talento eran 6,000 denarios y el siervo debía 10,000 talentos, entonces debía ¡60 millones de denarios! Era una deuda gigantesca. La paga de un trabajador por un día de trabajo era un denario. Entonces para poder pagar la deuda tendría que trabajar 60 millones de días y entregar su sueldo completo a este señor. Eso equivale a 164,383.5 años. Y nadie puede vivir tantos años. Equivale a la deuda mayor que se puede imaginar. Tan grande que nadie puede pagarla. 

Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que lo vendieran a él, a su mujer y a sus hijos y todo cuanto tenía, y que le pagara. Venderlo a él, a su mujer y a sus hijos, significa hacerlos esclavos. De este modo, trabajarían todos los días, usando todo su sueldo para pagar la deuda. Pero aunque el siervo hubiera tenido 10 hijos, cada uno hubiera tenido que trabajar 13,698.625 años y eso es imposible, pues nadie vive tantos años.

«Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó ir y le perdonó la deuda».

¡Le perdonó toda la deuda!

«Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios». 100 denarios era el equivalente al sueldo de 100 días, que es más o menos como 3 meses y medio. Esa sí era una deuda chica. 

 

Piensa seriamente:

¿Qué has puesto en el centro de tu vida?

No pases a la siguiente actividad hasta que hayas experimentado la misericordia de Dios.

San Pablo nos dice: "Pues el salario del pecado es la muerte". Rom 6, 23

 

¿Cuál es la decisión fundamental de tu vida?

¿Estás listo para decirle a Jesús: yo quiero que Tú me salves?

Díselo con tus propias palabras.

 

 

 

¿Quién es el Espíritu Santo?

¿Estás listo para estrenar tu coche?

¿Cómo suena tu coche al encenderlo?

¿Estás dispuesto a que el Espíritu Santo sea el motor de tu vida?

Díselo con tus propias palabras.

 

Compromiso:

No olvides lo que llevas hasta aquí:

1. Ya experimentase el amor de Dios.

2. Ya perdonaste.

3. Le has dicho a Jesús: Quiero que Tú seas mi Salvador.

4. Ya aceptaste al Espíritu Santo para que sea el motor de tu vida.

Parte 2:

Jesús nos dice: «Vengan a Mí todos los que están fatigados y sobrecargados, y Yo les daré descanso. Tomen sobre ustedes mi yugo, y aprendan de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera». Mt 11, 28-30

«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel. También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra». Mt 13, 44-46

 

Jesús nos dice: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Mt 22, 38-39

 

Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra». Mt 28, 18

Es muy importante que hagas un puente de cruz, puede ser con madera, con cartón, con tela o papel. 

San Pablo nos dice: "Y a ustedes, que estaban muertos en sus delitos y en su carne incircuncisa, los vivificó juntamente con Él y nos perdonó todos nuestros delitos. Canceló la nota de cargo que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus cláusulas desfavorables, y la suprimió clavándola en la cruz". Col 2, 13-14

"Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios". Mc 16, 19

San Pablo nos dice: "Cristo, el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR, para gloria de Dios Padre". Fil 2, 6-11

Es indispensable que hagas el ejercicio para hacer a Jesús el Señor de tu vida, de cada parte de tu cuerpo, todo… Síguelo en el video que está a continuación:

 

Para el siguiente ejercicio, necesitas tener una botella llena con agua y una botella vacía para cada integrante de tu familia.

Parte 3:

 

"Jesús entró de nuevo en Cafarnaúm. Al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y Él les anunciaba la Palabra. Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde Él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados». Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: “¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?” Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué piensan así en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "¿Tus pecados te son perdonados?", o decir: "¿Levántate, toma tu camilla y anda?” Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: “Jamás vimos cosa parecida"". Mc 2, 1-12

Jesús dice: «Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre ustedes que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra?; o, si pide un huevo, ¿le da un escorpión? Si, pues, ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!». Lc 11, 9-14

Compromiso:

Jesús es el Señor de toda tu vida y hoy puedes reconocerlo como tu único Salvador.

Hoy tienes la oportunidad de pedirle que renueve en ti, la presencia del Espíritu Santo. Pídeselo.

"Jesús entró de nuevo en Cafarnaúm. Al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y Él les anunciaba la Palabra. Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde Él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados».

Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: “¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?”

Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué piensan así en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "¿Tus pecados te son perdonados?", o decir: "¿Levántate, toma tu camilla y anda?” Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».

Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: “Jamás vimos cosa parecida". Mc 2, 1-12

Jesús dice: «Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre ustedes que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra?; o, si pide un huevo, ¿le da un escorpión? Si, pues, ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!». Lc 11, 9-14

 

 

 

Expresa en voz alta: ¡Jesús, Tú eres mi Señor!

Dice San Pablo: "Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación". Rom 10, 9-10

Hoy necesitas hacer un compromiso formal y cumplir la misión que Jesús quiere de ti.

Renueva los dones que el Espíritu Santo te dio en tu Confirmación: don de entendimiento, don de piedad, don de sabiduría, don de fortaleza, don de temor de Dios, don de ciencia, don de consejo. 

 

 

 

 

Compromiso:

El Espíritu Santo te da la vida nueva, te hace nuevo para poder ser lo que Dios quiere de ti, desde antes de la creación del mundo. El Espíritu Santo viene para permitirte vivir con los criterios de Jesús, para poder amar como Él, perdonar como Él, servir como Él, hacerlo el Señor de toda tu vida. Consagrarte, es reservarte por entero a Él.

Hoy tienes la oportunidad de vivir la vida nueva que Dios te regala. No la desperdicies. Aprovéchala. Jesús quiere que hoy tengas una vida plena, una vida en abundancia.

Haz un compromiso con toda tu familia, para que sea más fácil para ti llevarlo a cabo y para que cuando se te olvide, los demás te ayuden a recordarlo.

Jesús dice: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible». Mt 19, 26

Hacemos el compromiso cada día, diciendo: hoy me comprometo.

Y en la noche le das las gracias a Dios por haberlo logrado.

 

Podemos ir a tu Parroquia!

También damos retiros para:
+catequistas, 
+para niños que se están preparando para la confirmación o la eucaristía, 
+para papás, padrinos y niños, 
+para familias,
+de reconciliación, 
+de la Palabra de Dios
+de Adviento
+de Cuaresma
+de Pascua
Envía un mail a contacto@palabrayobra.org con todos tus datos y la fecha en la que quieres el retiro. Nosotros te responderemos vía mail. O llama al 51 35 21 80, en México D.F.

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